Hice unos registros de la mujer caracol (¿me moriré antes que ella?). Cuando pasa tiempo y no la veo siento angustia. Paso por el parque y controlo que siga ahí. En general la veo cada vez que voy a correr, aunque no la registre. Ayer, por primera vez, la saludé y me contestó el saludo.
Pensé que era miércoles y preparé el café y el lugar para el taller de corrección con Fernanda.
A las seis y media pensé “qué raro, no son tan impuntuales”. Una duda feroz me atravesó el cerebro. Abrí la computadora. Claro. Era martes. Las medidas de tiempo y yo nunca coincidimos. Merde. Eso me provoca conflictos y contratiempos, a veces irreparables y quedo mal con la gente, la dejo plantada, o me quedo plantada yo, porque voy a una cita un día que no es.
Etiquetas: abril
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