El jueves no pude irme a Santa Lu. Y estaba deseando irme. Pero fue un día sin tiempo, ya lo dije, el jueves 12 no existió. Por lo menos para mí. Y el viernes… no sé.... fue un día de esos en los que todo sale mal… caminás y te llevás la puerta puesta; te das vuelta y te chocás con alguien que estaba atrás tuyo y no lo habías visto; tomás un sorbo de té y te quemás la lengua; la heladera te da corriente porque cuando la abriste justo estabas descalza y con los pies mojados; pateás la pata de la mesa ratona con el dedito más chico del pie; por un movimiento brusco derramás en el piso de la cocina todo el aceite de la sartén que ibas a lavar; te vas a encontrar con una amiga y pisás el sorete de un perro que estaba en la vereda, tu amiga te mira y te dice “qué cara de culo, mejor nos vemos otro día” , bueno, podría ennumerar mil desgracias, millones, pero creo que todos las conocen. Son esos días en los que más vale quedarse en la cama. Fuera del tiempo. Y el viernes… fue un día en el que además de “otras” cosas, se me cayó la tele –justo cuando estaba por ver un video con Cori que vino a casa a traer unas recetas para Julio- y se cayó juuuusto encima de mi adorado pie derecho. El pie está medio gordito, y azulado. No me duele. Espero que esto no me impida correr.
Tengo una terrible duda metafísica: fue una suerte porque gracias a haberme aplastado el pie, la tele no se rompió, increíblemente no le pasó nada, quedó intacta, o fue una desgracia porque la maldita tele se cayó justo arriba de mi querido piececito y me lo machucó mucho y no me duele pero me dolió, y lloré del dolor y todo, y ya que estaba aproveché para acordarme de otras desgracias, y lloré también por ellas.
En resumen: otro día de mierda que tengo que sumar a mis días fuera del tiempo.
Etiquetas: marzo
Este debería ser el día fuera del tiempo. Quiero jugar a eso. A no ponerle una fecha fija, que sea a elección. Cada ser humano debe tener su propio día fuera del tiempo. O mejor, unos cuantos días fuera del tiempo. Yo tengo pila de días de esos. El 13 de marzo para mí no existió. No fue. No pasó, ni pasará. El jueves 13 de marzo del 2008 es una entelequia en mi vida. Pues resulta que en el momento exacto de la entelequia, se me perdió todo. Todo lo que había perdido días atrás –los lentes, el DVD, la lapicera, plata, un pañuelo y alguna otra cosa que seguramente no noté aún- se amontonó como sin existencia, como pérdida, como vacío, en esa irrealidad fatídica. Me faltó, noté la falta de. O sea que no perdí nada porque ese momento no existió. ¿Entonces dónde están, mierda?
Etiquetas: marzo
Me pasé el día en la compu, me olvidé de almorzar y almorcé a las 6 de la tarde. A las 6:30 empezó a llegar la gente del taller de corrección.
Etiquetas: marzo
La primera inauguración del año, una colectiva en la sala del MEC. Me reencontré con pila de gente que hacía tiempo que no veía. De noche hicimos una despedida para Manuel que se vuelve a Venezuela, pero me quedé sin pilas en la cámara.
Etiquetas: marzo
Suscribirse a
Entradas [Atom]