De mañana, banco en el banco, debe ser como estar sentada en el banco de suplentes, esperando turno, pero peor: no estás ahí porque seas buena o mala, sino por el número que te haya tocado. Por suerte además de la poesía que encontré pegada en el respaldo del banco de otro suplente, había llevado un libro. El de Caf, claro. La poesía quedaba bien ahí, era SU lugar. Mejor que en un libro. Parece una poesía de Benedetti. Capaz que es. O de algún admirador-emulador de su poesía. No sé.

Más tarde hubo una inauguración en el MNAV, de Fonseca. Yo no tenía nada de ganas de ir, pero Sofi insistió tanto que al final fui. Vi a Juliana, que volvió de Canadá, de la Fundación Langlois donde estuvo 3 meses (NYC incluída, offfffcors), saqué unas fotos y enseguida me vino la gentefobia, y casi me voy, después me invitaron a cenar con Narcisa Hirstch (diva total, mujer de culto) y otros amantes del cine experimental, y dije que sí y pensé en volver a casa, pero Sofi, otra vez Sofi, no me dejó escapar y fui a cenar con ellos. Estuvo lindo, mais minha vontade era ficar na cama e doooormir.

Durante la cena todo el mundo metió mano en la cámara, así que muchas fotos son de Sofi, otras de Rafael, y creo que otras de Fernando. Las demás, mías. Como siempre, agradezco las colaboraciones, espontáneas o no.

Etiquetas: julio

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