Fuimos a la chacra, a ver a Lautaro y a los padres, claro. Estaban todos bien. Pasamos por el Pradon para tomar por los accesos. Llevamos regalos por el día del niño y cuando volvimos a Montevideo, vinieron Fede y Andrea con Salva y Candela. Y bué. Son parte de mi vida ahora. Pero me divierto. Más que cuando mis hijos eran chicos, creo. Aunque también me divertía.
Etiquetas: agosto
Suscribirse a
Entradas [Atom]