Navidad, Navidad, dulce Navidad... Bué, que de dulce no tiene nada. Lo que me gusta del 24 de diciembre es que es el cumple de mi hermano Marcelo y todos nos reunimos en su casa, desde hace años. Algunos por costumbre, otros porque se lo creen, a las 12 todos nos besamos y seguimos brindando y decimos ¡Feliz Navidad! Miramos los fuegos artificiales que llenan el cielo de estrellitas de colores y decimos ahhhhh... Comemos opíparamente y bebemos como si se fuera a terminar el vino, la cerveza y el champagne para siempre. Y nos divertimos. Este año fue bastante manso, hubo un nuevo vástago en la familia, Lautaro, por suerte se sigue procreando. Espero que en la próxima Navidad haya más infantes.
(Mientras estuvimos en santalu, vistiéndonos para salir, la flor del cactus de Ale se abrió. Belleza).
Etiquetas: diciembre
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